EL ARCO DE LA AURORA (MURCIA).
Esta calle fue abierta a principios del siglo XVIII con el nombre de CALLE NUEVA, y posteriormente fue conocida como la del “PORTILLO DE LA AURORA”, estando situada al norte de la acequia de ALJUFIA. Una calle a la que el poeta de la generación del 27, Jorge Guillén, dedicó unos versos.
Al final de esta calle había un arco de unos 3 metros de ancho que unía las dos últimas casas y que era la salida norte a la huerta, y por la que se accedía al campo de futbol del Real Murcia situado en la TORRE DE LA MARQUESA de Salinas, y a la ESTACIÓN ferroviaria de ZARAICHE cuyo destino nos llevaría a Caravaca.
El origen de esta construcción se debió a la devoción de los vecinos por el Santo Rosario ya que estaban vinculados a las iglesias de San Miguel y de Santo Domingo, las cuales tenían las dos, sus respectivas Cofradías del Rosario. Y es que durante el siglo XVII la devoción del pueblo por el Santo Rosario era enorme tras la BATALLA DE LEPANTO, acentuándose en el siglo siguiente.
Ante esta situación, los vecinos colocaron un LIENZO de la VIRGEN DE LA AURORA, pero posteriormente decidieron recolectar algún dinero para encargar a un escultor una TALLA de la Virgen y construir un ARCO en el que colocarla.
Cuando recopilaron el dinero, le hicieron el encargo a un escultor discípulo de Salzillo que falleció antes de terminarla y tuvo que concluirla un aficionado.
Era una talla de 93 centímetros con un Niño Jesús en su brazo izquierdo y un banderín en el derecho.
Para realizar la imagen y construir el arco, los vecinos Juan Ortega y Alonso Amador, tuvieron que solicitar permiso el 24 de Octubre de 1769 al obispo don Diego de Rojas y Contreras, obteniendo su concesión ese mismo día a través del vicario general don Francisco Javier Ursua e Irujo, pero prohibió que hubiese fiesta de altares, bailes y pólvora. Sólo se permitió que se colocase por medio de una procesión por la parroquia de San Miguel.
Para proteger la imagen de la Virgen se colocó en un nicho con PUERTAS DE CRISTAL, y se pusieron unos faroles cuyo alumbrado estaba a cargo de los vecinos. A la derecha de la Virgen de la Aurora había colocado un cuadro de la DOLOROSA, y a su lado izquierdo un cuadro de un CRISTO, aunque años después cambiaron su posición.
El ARCO DE LA AURORA era un pintoresco rincón murciano pero carecía de valor artístico y monumental. Era la frontera de Murcia con la huerta, un callejón humilde y estrecho, mal pavimentado, tranquilo pero bello, en el que los balcones y ventanucos de las casas estaban llenos de macetas con geranios, gitanillas, alelíes, etc. Un lugar en el que en las fachadas de las casas había colgadas jaulas de pajaricos que deleitaban con su canto.
Durante los avatares de la GUERRA CIVIL de 1936, los valientes vecinos con el objetivo de proteger la imagen original, la bajaron entregándola en depósito a las monjas de Santa Clara, pero al final, en septiembre de 1936, fue recogida por la JUNTA DE INCAUTACIÓN y depositada en el Museo de la Catedral.
Durante el año 36 se colocó una Virgen de cartón-piedra que fue destruida, así como los cuadros y adornos que allí había, y colocando en su lugar la HOZ Y EL MARTILLO. Al finalizar la guerra, los vecinos se apresuraron a realizar los arreglos de albañilería, pintura e instalación eléctrica, colocándose la imagen original de la Virgen el 14 de noviembre de 1939.
Con el desarrollo urbanístico, allá sobre 1977, se construyó junto a la hornacina un edificio que quedó a una altura superior a la del arco, por lo que hubo que construir unos escalones para acceder a la calle.
A mediados del año 1978 la hornacina presentaba una grieta que amenazaba ruina, y la imagen de la Virgen se depositó en el Convento de las Claras.
Pocos años después, se urbanizó la zona nivelando la calle y se realizó un arco de nueva construcción que es replica del anterior, colocándose un cuadro de la Virgen de la Aurora.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias amiga/o por mostrar tu inquietud y tus comentarios a lo que aquí aparece y por regalarme un poco de tu tiempo. Gracias.