5 de diciembre de 2016, Lunes
El pasado jueves, 1 de diciembre tuve la fortuna de asistir a la inauguración de un precioso belén en el palacio del Almudí donde antiguamente se administraba justicia en Murcia, un precioso sítio, dado su significado, y que resulta muy apropiado por el significado del mismo en comunión con lo convulso de la época en que nació Jesus y el Palacio de Herodes donde se impartía la justicia.
El belén que estará expuesto en la Sala de exposiciones de la 1a planta hasta enero de 2017
Muchas veces los críticos debieran a su vez ser criticados y que se hablara de su escasa valía como periodistas, su pobre pluma, sus escasos conocimientos, su escasa catadura moral al sentirse con derecho a hablar, perdón, criticar aunque a veces sea por omisión y/o desconocimiento aquello que sale del corazón y que se ejecuta de forma peculiar, personal, única y auténtica. Menos mal que por lo menos queda el consuelo de que la calidad del arte no la da la tendencia de una determinada época (ya se han visto tantas que no han llegado a ningún sítio), de si es este o aquel movimiento, etc..., sino ha sido y es la mente que sueña y compone y a su vez la mano que ejecuta todo aquello en su silencioso quehacer diario, entre las paredes de su estudio. Siendo conscientes de que dentro de que cada artista tiene su peculiar forma de concebir y plasmar, al final son los inesperados y geniales resultados y la maestría de la ejecución lo que, en definitiva, delimitan siempre los distintos grados en la calidad del ARTE. El tiempo pone todo en su sítio.
El belén que estará expuesto en la Sala de exposiciones de la 1a planta hasta enero de 2017
Muchas veces los críticos debieran a su vez ser criticados y que se hablara de su escasa valía como periodistas, su pobre pluma, sus escasos conocimientos, su escasa catadura moral al sentirse con derecho a hablar, perdón, criticar aunque a veces sea por omisión y/o desconocimiento aquello que sale del corazón y que se ejecuta de forma peculiar, personal, única y auténtica. Menos mal que por lo menos queda el consuelo de que la calidad del arte no la da la tendencia de una determinada época (ya se han visto tantas que no han llegado a ningún sítio), de si es este o aquel movimiento, etc..., sino ha sido y es la mente que sueña y compone y a su vez la mano que ejecuta todo aquello en su silencioso quehacer diario, entre las paredes de su estudio. Siendo conscientes de que dentro de que cada artista tiene su peculiar forma de concebir y plasmar, al final son los inesperados y geniales resultados y la maestría de la ejecución lo que, en definitiva, delimitan siempre los distintos grados en la calidad del ARTE. El tiempo pone todo en su sítio.
tendemos siempre a obviar aquello que no va en concordancia con los movimientos o tendencias de la época que nos toca vivir, poniendo cerco y obviando aquello que se sale de nuestras cuadriculadas y limitadas mentes por los estrictos criterios que nos imponemos.
Pedro Reyes Cerezo
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